Esta mañana cuando volvimos a la clase después de la hora de educación física, nos encontramos una carta pegada en la puerta de nuestra clase que decía:
“Este soy yo. Llego el martes. Felipe”.
La verdad es que sentimos un poco de miedo al ver que iba a venir a nuestra clase un esqueleto. Y empezamos a crear hipótesis, sobre quién podría ser ese Felipe, quién lo envía y sobre todo qué querría de nosotros.
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